DEMOCRACIA Y AUTODETERMINACIÓN, O VIOLENCIA
12 de Octubre día del genocidio #NadaQueCelebrar

Existen todavía muchos pueblos con aspiraciones nacionalistas que crean tensiones y conflictos pudiendo ser solucionados con el derecho a la autodeterminación. El derecho a la autodeterminación es un derecho, el resultado del cual puede o no ser la independencia e, incluso, puede legitimar la unión de un Estado si esa es la voluntad popular.
El principio de autodeterminación de los pueblos se presenta como un principio de valor universal que alcanza a los pueblos de cualquier Estado. El problema surge cuando la gran mayoría de las constituciones niegan el derecho colectivo. No se les discrimina del sistema democrático, tienen acceso a él, están integrados, votan a partidos regionalistas o independentistas, se manifiestan pero se les niega el derecho a poder establecer un referéndum vinculante para decidir su futuro.
La falta de democracia, de libertades dentro de los países, muchos de ellos paradójicamente democráticos, es precisamente lo que lleva a generar tensiones en países plurinacionales e incluso conflictos que podrían haber sido evitados si se hubiera consultado la voluntad del pueblo..
El Estado español es el ejemplo que nos es más próximos de un estado con miedo al derecho de autodeterminación.
El ordenamiento jurídico actual se basa en la Constitución de la transición que posibilitó la democracia en España. El contexto convulso y las ansias de democracia lograron que la Constitución fuera aprobada. Aunque la Constitución se basa en La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado (articulo 1.2) y en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ella (artículo 2), no determina quién forma la nación española. Ya que es el pueblo el que tiene soberanía para cambiar la constitución no se debería utilizar la constitución como amenaza y coacción para acabar imponiendo, en su nombre, normas y preceptos muy alejados del texto y del espíritu inicial.
El reconocimiento del derecho de autodeterminación de las partes que componen España posibilitaría, tras cierto tiempo, zanjar definitivamente el tema de los nacionalismos. Posponer continuamente los problemas nacionalistas no es tampoco la solución, ni la posible desunión de un país es tan dramática como algunos nos quieren hacer ver. El problema de que la cuestión nacionalista no se zanje, es que impide que los verdaderos problemas de los ciudadanos protagonicen la agenda política.
No es un artículo puramente marxista, aun con ello forma la base para el reconocimiento y normalización de este derecho universal en oposición a las pugnas nacionalistas que no hacen sino oprirmir a los/as trabajadores/as como primera separación artificial enter ellos/as, promovida por los burgueses de ambos lados.


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