Ante el #25S - #26S - Toma del Congreso...
La solución se pensó hace tiempo

   El Estado es quien mantiene una clase sobre otra, ejerciendo el monopolio de la violencia de manera legítima. Esta legitimidad puede ser de cualquier tipo: religiosa, hereditaria, económica… La Democracia solamente se entiende en la medida que se deba entender la legitimidad. Es decir, hace dos siglos si en un país podían votar los hombres, mayores de 32 años, propietarios de más de 300 hectáreas de terreno era totalmente legitimo quien saldría elegido (obviamente hombre). Hoy en día nadie, en su sano juicio, entendería este último ejemplo como Democrático. Nadie entendería una sociedad en la que las mujeres no pudieran votar, cuestión que hasta hace muy poco era la regla general en la mayor parte de los países civilizados.

   Aun conociendo lo anterior la Democracia es una reivindicación muy reciente. No hace tanto tiempo únicamente con nacer, con legitimidad divina, una persona podía gobernar con la ley de su parte. Cuando las relaciones de producción fueron cambiando grupos de personas que podían emplear tiempo en pensar vieron que ellos también debían y podían regir sus destinos. En algunos lugares antes que en otros y aun hoy existen zonas donde continúan con legitimidades ancestrales.

   Estos grupos de personas emprendieron épicas Revoluciones, procesos de Independencia, etc pero pronto asentaron sistemas únicamente encaminados a mantener y legitimar sus privilegios. Creando nuevas contradicciones y abriendo la caja de Pandora de su escrito destino como clase dominante. Lo cual nos devuelve al comienzo de este texto.

  Cuando en un futuro cercano estudiemos los sistemas actuales nadie entenderá como podíamos llamar Democráticos a nuestros Gobiernos. La participación electoral es sesgada y determinada por tantos factores desfavorables que es imposible que la verdadera realidad social vea su reflejo en los órganos de Gobierno representativo. Esto, como decimos, ya ocurrió y volverá a ocurrir.

   Entendiendo que la política es el proceso por el cual las sociedades emprenden la búsqueda de soluciones a sus conflictos, en el marco de una serie de normas y procedimientos, con el objetivo de aplicarlas a toda la sociedad. Dichas normas son las que legitiman cualquier sistema. Ellas son únicamente producto de la acción humana y por lo tanto se pueden cambiar.

       Actualmente la deriva de las contradicciones neoliberales hace más evidente la incapacidad de lo que hoy llamamos Democracia para evolucionar y seguir sirviendo de válvula de escape, de sustento al propio modelo neoliberal. La unión de estas dos variables: el déficit Democrático y la modificación en las relaciones de producción crean el caldo de cultivo de un nuevo cambio.

    Centrándonos en lugares como España es impensable que desde el pueblo surja un movimiento violento (Bélico si se prefiere) realmente capaz de alzarse con el poder. Entendiendo como “poder” la toma del Estado, recordaremos la definición al comienzo de este escrito: El Estado es quien mantiene una clase sobre otra, ejerciendo el monopolio de la violencia de manera legítima. Por lo cual debemos identificar las clases sociales cuál de ellas es la actual dominadora (la burguesía) y la contraria, la que debe sustituirla (los/as trabajadores/as).

    Entendiendo pues que la mencionada clase dominante ha perdido la legitimidad, al mismo tiempo que conquistamos la Democracia, debemos modificar el sistema que mantuvo en el poder a la mencionada clase dominante y crear un nuevo modelo Democrático. Sin olvidar que la vieja clase luchara por conservar sus privilegios, aun cuando los oprimidos consigan alzarse con las reglas de juego del antiguo sistema.

  El futuro debemos tomarlo los/as trabajadores/as de un modo Organizado y con unos objetivos claros: solucionar las contradicciones de producción y distribución propias del Capitalismo.Con una igualdad total, terminar con la lucha de clases. Y, por definición, destruir el Estado, por tanto acabar con la violencia.

Firmado: Secretario de Organización 
del Colectivo Gerda Taro de la UJCE en Aguilar de Campoo
Serguei Sanz

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