Cambio de fechas en las fiestas locales
Aguilar de Campoo
Todo para el pueblo pero sin el pueblo

Los cambios producidos en las fiestas locales no son de las cuestiones más importantes que desde una organización política juvenil debamos ocuparnos. Sin entrar en su carácter confesional, religioso, diremos lo siguiente:

Antes de entrar en materia, nosotros/as estamos de acuerdo con parte de los cambios pero obviamente no “comulgamos” con las causas y mucho menos las formas.

Pese a ser un tema superfluo este cambio de fechas nos da la oportunidad de disponer de un ejemplo con el que es fácil explicar el modo de gobierno municipal, sus contradicciones y nuestra alternativa.

La Democracia tiene facetas clave, y entre ellas destaca la Soberanía Popular; implica que las personas tienen el derecho de gobernarse a sí mismas, bajo un concepto angular: la participación.

Esto se desarrolla en el actual sistema a trabes de la Democracia representativa, aunque de un modo indirecto. Imperfecto si se prefiere el término, pues los mecanismos de participación fuera de las elecciones son escasos.

En España, y según la actual constitución: la Soberanía Nacional recae en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado (Art.1p2). Este artículo sumamente interpretable, puede concretarse mucho más. Tras definir el modelo de estado debería escribirse: los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. Es de suma importancia aclarar este punto pues de ello surge toda la cultura política del país, desde el Congreso hasta nuestra tan querida administración local.

Por la inercia del espíritu de este artículo, a la hora de abordar la elaboración, continuando con él ejemplo, de unas fiestas locales poco o nada se tiene en cuenta la opinión de la ciudadanía. En ocasiones se “otorga” algún modo de participación temporal sobre la elección de un grupo de música o similar, o se genera una red clientelar y de amigos/as en torno a la cual se termina gestando un programa que más tarde se ofrece al pueblo. Así sucesivamente pudiéramos hablar de los presupuestos municipales, políticas de empleo, programas de vivienda, etc. Todo para el pueblo pero sin el pueblo, solo cada cuatro años.

La alternativa

Con un consejo de peñas con voz y con voto en las decisiones concernientes a festejos. Junto con una comisión abierta a todos los grupos de interés en pie de igualdad, incluso abierto a la participación individual. En la que el/la concejal pudiera ser convocado/a por dichos grupos y no al revés. Las decisiones del consistorio serían de igual modo cuestionables pero serían continuamente responsabilidad de todos/as y no solo cada cuatro años.

1 comentario:

  1. Me parece muy gracioso que si al pueblo le tocan las fiestas, el pueblo se levanta y se cabrea. Pero sin embargo si al pueblo le quitan el pan, gran parte de los hambrientos no se moverán, pero si España gana la Eurocopa el pueblo saldrá a la calle.
    Así es como les gustamos a los políticos callados y alienados.
    Por ultimo me ha parecido un articulo excelente y quería daros las gracias por estar ahí.

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